Parece que el "Día de los Muertos" se vuelve cada año más popular en los Estados Unidos. La mayoría de la gente piensa que el Día de los Muertos se originó en México, pero si leen un poco sobre ello, muchos países tienen una tradición similar. No todos lo celebran el 31 de octubre. Algunos lo hacen el 1 o 2 de noviembre.
Sin importar dónde o cuándo ocurren estas celebraciones, todas tienen en común que las personas que las celebran construyen coloridos altares en los que colocan "ofrendas" para sus seres queridos ya fallecidos. Las personas que celebran este día creen que sus familiares fallecidos visitan a la familia y disfrutan de todo lo que les dejan en sus altares.
No tengo ningún problema con que el mundo celebre tradiciones culturales que involucran frutas dejadas en los altares, especialmente si consideramos que hace unos siglos en nuestro continente, algunas tradiciones culturales incluían sacrificios humanos. Sin embargo, tengo un problema con que la Iglesia de Jesucristo celebre tales festividades.
Primero, la Biblia nos pide que no copiemos el comportamiento y las costumbres del mundo (Romanos 12:2). Muchas personas que asisten a iglesias cristianas celebran Halloween o el Día de Muertos insisten en que utilizan estas celebraciones con fines evangelísticos. Aún así, si somos honestos, es difícil predicar la resurrección de Jesús con un patio lleno de zombis o esqueletos.
En segundo lugar, si han leído la Biblia, saben que los espíritus no pueden regresar de entre los muertos. Hebreos 9:27 nos dice que las personas están destinadas a morir una sola vez, y después viene el juicio. No importa qué cosas buenas tenga la gente en sus altares, ninguno de sus familiares puede regresar de entre los muertos.
En tercer lugar, sólo hay dos beneficiarios de Halloween y el Día de Muertos, las tiendas que venden todas esas decoraciones, dulces, disfraces y todo lo que la gente usa para celebrar esa festividad, y satanás, que ve cómo la gente celebra la muerte, lo oculto, la brujería, el espiritismo y muchas otras formas de oscuridad y mezclas.
Amigos, es fácil dejarse influenciar por lo que es popular, cultural o políticamente correcto, pero 2 Corintios 6:17 dice: "Por tanto, salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor". Como hijos de Dios, debemos tener cuidado. Recuerden, vivimos en este mundo, pero no somos de este mundo. Lo santo y el ocultismo no se mezclan.
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