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fhuezo

El Éxito Verdadero

Encomienda al Señor todo lo que hagas y Él establecerá tus planes.

Proverbios 16:3


A medida que viajo por la vida, he llegado a la profunda comprensión de que el éxito es un regalo de Dios. El verdadero éxito te da alegría, no añade estrés. Siempre me ha impulsado el deseo de triunfar en todo. En el pasado a menudo me encontraba en un estado de estrés mientras me esforzaba por alcanzar mis objetivos. Sin embargo, fue sólo cuando comencé a comprender el verdadero significado de encomendar mis acciones al Señor que encontré el verdadero éxito.


Yo pensaba que confiar lo que hacía a Dios significaba orar para que Dios bendijera mis decisiones. Como era sincera en mi deseo de hacer el bien, pensaba que Dios bendeciría mis planes. Todo eso suena genial, pero mi problema era que le estaba pidiendo a Dios que aceptara lo yo decidía. Como no le estaba pidiendo que me ayudara a pecar, pensaba que estaba entregando mi vida a Dios.


Eso no es lo que la Biblia nos pide que hagamos cuando habla de encomendar nuestras obras a Dios. Si queremos que Dios lleve nuestros planes a un final exitoso, debemos comprometernos, dedicar o darle al Señor todo lo que hagamos. Debemos poner en manos de Dios todo lo que hacemos diariamente. En otras palabras, le das derecho a vetar nuestros planes.


Él quiere que lo incluyamos en todas nuestras actividades y decisiones. Si le dedicamos nuestros planes, Él es el accionista mayoritario de nuestras vidas. Él tiene la última palabra en todo lo que hacemos desde cómo reaccionamos ante un desafío inesperado o tratamos con personas difíciles, hasta si aceptamos o rechazamos lo que creemos que es un trabajo perfecto. Encomendar lo que hacemos al Señor significa que incluiremos a Dios en el proceso de tomar de decisiones para todo lo que impactará a nosotros y a nuestras familias.


Cuando hacemos eso, mis queridos amigos, nuestro trabajo se vuelve más fácil; somos colmado de favor y no vivimos con ansiedad, porque Dios tiene el control de nuestras vidas. Tampoco podemos atribuirnos el mérito del éxito que surge de nuestro compromiso con el Señor, ya que lo que hacemos cada día es seguir Su ejemplo y confiar en Él. Les reto a que hagan eso esta semana. Encomienden sus vidas al Señor, no el 50%, el 60% o incluso el 80%. Encomienden sus vidas a Él por completo y les garantizo que sus vidas serán una hermosa, exitosa y valiosa aventura.




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