¿Ves a alguien hábil en su trabajo? Servirán delante de los reyes; no servirán ante funcionarios de bajo rango.
Proverbios 22:29
Mi madre siempre me decía: "Si vas a hacer algo, hazlo bien o no lo hagas". Esas palabras solían irritarme cuando era niña, pero se han convertido en una gran parte de mi ética de trabajo como adulto. Creo con todo mi corazón que la gracia de Dios y las palabras de mi madre son la razón por la que nunca he tenido una pésima evaluación laboral.
De manera indirecta, mi madre instruyó a sus hijos como nos instruye el rey Salomón en la Biblia. Salomón nos dice que las personas hábiles siempre sirven ante los Reyes, nunca ante los funcionarios de bajo rango. En otras palabras, las personas que hacen las cosas de manera excelente siempre obtendrán aumentos y ascensos.
En su sabiduría, el rey Salomón nos recuerda que la promoción requiere habilidades y la práctica es la única manera de desarrollarlas. Ser hábil en cualquier cosa requiere esfuerzo. Nadie llega a los Juegos Olímpicos porque sea lindo, e incluso las personas con talento requieren incontables horas de práctica para convertirse en grandes artistas.
No confundamos el favor de Dios con un pase libre. Si bien Dios puede abrirnos puertas, debemos atravesarlas con nuestros mejores esfuerzos. Recuerden, qie si hace lo mejor que pueden fiel y diligentemente en su puesto actual, no permanecerán sirviendo a un funcionario de bajo rango para siempre. Nuestro camino hacia la promoción es una asociación entre el favor de Dios y nuestro esfuerzo.
Esta semana, quiero enfatizar la importancia de la diligencia en nuestro trabajo. Esforcémonos por hacer lo mejor que podamos y representar bien al Reino de Dios. Si lo hacemos, Dios será fiel y recompensará nuestros esfuerzos con un ascenso. Sin embargo, es fundamental recordar que si no somos buenos trabajadores, no podemos esperar que Dios nos ascienda. El ascenso es una promesa reservada para quienes trabajan con excelencia.
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